Anota esta fecha - Texto y Fotos: Vanina Cejas (Publicado en Arterias #19 - Mayo/Junio 2009)

Los arahuacos, habitantes de la zona del primer "contacto" con los invasores europeos, tenían un lenguaje que estaba cargado de poesía. Al arco iris lo llamaban "serpiente de collares", al cielo le decían "mar de arriba". Para ellos el rayo era "el resplandor de la lluvia". Al amigo lo llamaban "mi otro corazón"

y al alma "el sol del pecho". La lechuza era "ama de la noche oscura". Para decir bastón,

los ancianos decían "nieto continuo" y para decir perdono decían "olvido".

Eduardo Galeano. Memorias del fuego, México, Siglo XXI, 1993.

Un día para recordar

En esta nota me concierne informar acerca de una fecha importante para todas las comunidades aborígenes que habitan tierras americanas. El 19 de abril de cada año se celebra el Día del Aborigen Americano, cuyo propósito es valorar las culturas de aquellos pueblos que vivían en América (Abya Yala) antes de la llegada de los europeos, y reivindicar la identidad cultural de los presentes indígenas.

Una manera de lograr estas premisas es difundir los valores culturales de los pueblos indígenas. Esto requiere conocer quienes son, que hacen, como viven. Entre otras cosas, sus costumbres y -cuestión afín a nuestra revista- su arte: una propuesta interesante es acercarse a sus expresiones… Música, danza, escultura, arquitectura, arte rupestre, iconografía sobre cerámica, diseños textiles, entre otras manifestaciones materiales y simbólicas (del pasado y del presente, y en diferentes regiones), dignas de observar y admirar.

Aborigen, aquí y hoy…

Este día fue elegido en conmemoración del Congreso Indigenista Interamericano reunido en México el 19 de abril de 1940.

Nuestro país reconoció el Día del Aborigen en 1945 por decreto (Nº 7550 del Poder Ejecutivo Nacional). A comienzos del siglo XXI, Argentina ratifica el Convenio N° 169 de la OIT, de esta manera el Estado reconoce a los pueblos indígenas y sus derechos, tales como su integridad cultural, sus tierras, sus formas de organización social, económica y política, y la defensa de sus costumbres. Sin embargo, no siempre son cumplidos estos acuerdos y, como es sabido, la lucha constante de las comunidades indígenas sigue en pie y se centra en el derecho a la tierra que habitan, la igualdad de oportunidades, y el ya mencionado respeto a los valores de sus culturas.

Para cerrar esta nota me gustaría tan sólo plasmar el pensamiento de muchos en unas pocas líneas:

Valorar, aceptar, integrar… reconocer la diversidad social.

Es hora de construir otra visión de la historia americana.