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28.7.09

Joaquin Sabina - Texto: Pao Rodríguez (Publicado en Arterias #05 Abril/Mayo 2006)

Este perro andaluz sin domesticar nació el 12 de febrero de 1949 en Ubeda (Jaén) bajo el nombre de Joaquín Ramón Martínez Sabina. Estudió en colegios católicos y a los 14 años ya empezó a realizar versos y a tocar con su primera banda de amigos, Merry youngs, haciendo canciones de Elvis y de Chuck Berry. Al terminar el secundario, a los ponchazos, ingresa en la Universidad de Granada. Durante las vacaciones navideñas, su padre (policía) recibe la orden de llevarlo a prestar declaración por su supuesta pertenencia al Partido Comunista, contrario al Régimen Franquista que gobernaba España.

Se graduó en Filosofía Romántica y comenzó a colaborar en la revista Poesía 70. Tras poner una bomba molotov en una protesta por el proceso de Burgos, se exilia en Londres, falsificando su pasaporte con el nombre de Mariano Zugasti (por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo). Allí empieza a colaborar en el Club Antonio Machado, lugar de reunión de exiliados e inmigrantes, y arma el grupo de teatro Juan Panadero, montando polémicas obras teatrales.
En 1975 se autoedita Memorias del Exilio, su primer libro de canciones, y comienza sus conciertos para exiliados, junto a Paco Ibáñez, Luis Ilach, Pí de la Serna y Elisa Serna. En uno de esos conciertos, George Harrison (ex Beatle) le da cinco libras de propina.
El cónsul de Londres le entrega su pasaporte y regresa a España en 1977, teniendo que cumplir el servicio militar para trabajar en el diario La Ultima Hora. Se casa con una argentina que conoció en Londres, Lucía Corre Martínez. Un año más tarde se instalan en Madrid y edita su primer LP, Inventario. Empieza a cantar en varios pubs madrileños y en el Café de La Mandrágora con Javier Krane y Alberto Pérez. En 1980 graba Malas Compañías, “la mayoría de las canciones hermosas son tristes, hablan de lo que no se tiene o se ha perdido”. Al año siguiente, el trío hace su primer teatro y edita un álbum en vivo, grabado en La Mandrágora. En 1983 sacan Ruleta Rusa, su primer disco eléctrico.
En 1984 actúa junto a Viceversa, su nuevo grupo, ante 100.000 personas en las Fiestas de San Isidro. Luego edita Juez y Parte, estrenando el tema Si te he visto no me acuerdo, que es un resumen de los tres años de gobierno socialista.
El 14 y 15 de febrero de 1986 graba en el Teatro Salamanca el álbum doble Joaquín Sabina y Viceversa en vivo, vendiendo 400.000 copias. Al siguiente año llega su consagración definitiva de la mano de Hotel dulce Hotel, vendiendo 400.000 ejemplares. “Me gusta esa cosa anónima que tienen los hoteles, donde te puedes encontrar a las cuatro de la mañana con la persona más disparatada del mundo. Ahí puede salir una canción”.
Luego siguió El hombre de traje gris, realizando una gira multitudinaria por Argentina, México y Venezuela, que incluyó la banda sonora de la película Sinatra, de Paco Betriu, en la que Sabina hace un papel secundario.
Durante la Guerra del Golfo Pérsico, participa activamente en actos de protesta, y escribe, junto a intelectuales y artistas, Diario de Paz.

A los 40 recibe un regalito (y no es precisamente una corbata), una niña a la que llaman Carmela. En ese mismo año, junto a Pablo Verona, crean la empresa Editorial Ripio, donde registra todas sus canciones.
Al año siguiente sale a la luz Mentiras piadosas, que vende un millón de copias entre España y Latinoamérica. “Llevo mi libretita en el bolsillo y van saliendo versos todo el tiempo, que luego van a un cajón. Por la noche, si no tengo nada mejor que hacer, abro el cajón y los saco. Algunos los tiro a la basura y otros acaban en una canción.”
Ese año se edita el video Joaquín Sabina y Viceversa, de un concierto dado en 1986 en el Teatro Salamanca de Madrid.

El 26 de julio de 1992 recibe otro regalito (yo que había jurado morir sin descendencia), esta vez de Isabel Oaliart, a la que llaman Rocío. Enseguida (al hombre no le gusta perder el tiempo), comienza una relación con la modelo Cristina Zubillaga, que durará casi 6 años.

En 1994 saca Esta boca es mía, que sale #1 en ventas en España y en varios países latinoamericanos. “Uno debe contar la vida de la gente a través de las canciones. Yo trato de hacer canciones cursis y cuanto más huachafas (cursilerías), mejor.”

Le sigue en 1996 Yo, mi, me, contigo que vende 80.000 copias en su primer semana. Sale de gira junto al grupo de Andrés Calamaro, Los Rodríguez, que incluyen en su álbum un dueto de Todavía una canción de amor, en la que recupera su condición acústica con la ayuda de Pancho Varona (guitarra), Antonio García de Diego (guitarra y teclados) y Olga Román (coros, percusiones y guitarra).
En 1998 se publica Enemigos íntimos a medias con Fito Páez, pero debido a la áspera relación entre ambos, se tuvo que suspender la gira internacional antes de comenzar.

Luego de romper con Cristina, empieza a salir con Paula Seminara, una porteñita de 23 años, hincha de Boca (al igual que él), que pintaba remeras (con el corazón y con la cadera...) para venderlas en Caminito. La relación dura tan sólo un año y medio (...y total para qué, si al final se rajó con un pibe...)

En 1999 publica 19 días y 500 noches, vendiendo sólo en España, más de medio millón de copias y arrasando con cuanto premio lo nominasen. Actúa en el 21º Aniversario de la Constitución Española; y ese mismo año también empieza su relación con su mujer actual, la fotógrafa peruana Jimena Coronado.
Al cambiar el milenio, comienza la gira acústica Nos sobran los motivos, que se convertiría al año siguiente, en un álbum doble en vivo.
Al llegar el verano, sufre un infarto cerebral que casi lo deja en silla de ruedas, pero se recupera sin secuelas y semanas más tarde edita un video en su casa.
En el 2002 María Jiménez saca un disco con todos los temas de Sabina, algo que Joaquín deseaba ya hace tiempo. Además, él hace lo propio y graba Dímelo en la calle, sale su cancionero Con buena letra. “Yo no represento a nadie, sólo soy un tipo que escribe canciones que ojalá calienten el corazón de la gente, que ojalá le pongan el hombro para llorar, pero nada más.”

En el 2003 sale a la venta Motivos de un sentimiento, el disco del año del Centenario del Atlético Madrid. Cancela la gira de Dímelo en la calle por graves problemas vocales; en ese momento los rumores eran cáncer, ataque de pánico, depresión...
Sea lo que sea, lo aleja de los escenarios y de los bares y la noche, más no de la escritura.
En el 2004 empieza su columna semanal en la revista Enterview. “Esta boca es mía me obliga a tener los ojos bien abiertos a la realidad y a comentarla en forma métrica, algo en desuso. Eso me tiene ocupado y divertido.”
En el 2005 sale a la luz, luego de años de silencio, Alivio de luto. “Dicen que he resucitado, pero no, porque no he estado muerto. Lo que he estado era apartado.”
La noche ya no lo encuentra en los bares, sino en su casa. “La verdad, he dedicado estos años que no quería cantar, a escribir sonetos, a trabajar más en la literatura. Y eso te mete más en casa, te saca de los bares.”

Y volvió a su Gran Rex, con ocho conciertos de 3200 personas cada uno, y con la promesa de volver en diciembre a la Bombonera.El Gran Rex me gusta porque ya son muchos años y al cabo de ellos se hace una especie de tradición, de liturgia, de ceremonia. Es mi templo preferido.”
Se presentó así: “Buenas noches Buenos Aires! A mí siempre me han gustado las colas de las argentinas, pero mucho más las colas que se hicieron para ver este show.”
Luego, entre sus comentarios a los periodistas, disparó: “El hotel es bonito pero caro, y para compensar, vamos a comer hamburguesas a lo de Castells, porque nos las deja gratis.”
Acaso existirá otro porteño tan gallego?

Foto: Juaquin Sabina sentado frente al microfono con una sonrrisa muy picara. viste un saco y su mitico bombin, ambos simulan estar echos de papel de diario

27.7.09

Memorias de una Geisha - Texto: Loly Hunt (Publicado en Arterias #05 – Mayo/Junio 2006)

Esta novela escrita por Arthur Golden, cuenta la historia de Nitta Sayuri, una Geisha de la ciudad de Gion, que a pesar de tener una infancia triste, tras ser vendida por su padre, logra sobreponerse a su dura realidad y encontrar el amor. Por este amor agazapado, se propone ser una excelente Geisha y llegar al hombre que conquistó su corazón. Pero las cosas no resultan tan fáciles para ella, ya que se ve envuelta en un clima hostil y de competencia con una de las Geishas más importantes de Gion por aquellos tiempos, llamada Hatsumono.

Para contrarrestar el aire de tensiones en el que vivía la protagonista, aparece en su vida una Geisha de gran prestigio reconocida en todo Gion, que pide por ella para ser su hermana mayor (onesan), lo que significa que la acompañaría durante toda su preparación, la presentaría como aprendiza de Geisha y estaría ligada a ella de por vida. Mahema es el nombre de esta “hada madrina” que velaría por sus intereses.
Ritos, historias, personajes históricos y Japón con toda su cultura, sus costumbres, sus ceremonias y sus creencias, pueden apreciarse a través de esta novela, que nos muestra desde un Japón en su esplendor hasta uno devastado por la guerra.

Esta novela reivindica también la figura de la Geisha, palabra que proviene de gei: arte y sha: compañía. Las Geishas eran artistas; la danza, la música y la conversación eran su arte, para lo cual se preparaban durante toda su vida. Su función era básicamente la de entretener.

Los conflictos
Memorias de una Geisha es el relato de una Geisha de 42 años de edad, Iwasaki Mineko, que a través de una serie de entrevistas realizadas por Arthur Golden, le confía su vida para realizar esta novela, con la condición de que la publicara cuando ella y las demás personas involucradas fallecieran. Cosa que el buen Arthur no respetó, por lo que ella toma acciones legales por difamación, ruptura de contrato y violación de copyright, al revelar su identidad.
Iwasaki, decidida a contar su historia por su propia voz, editó hace dos años Vida de una Geisha: La verdadera historia. Este libro consta de una introducción, treinta capítulos y un epílogo sobre la situación actual de la protagonista.

La película
No sólo el libro armó revuelo, sino también el film realizado por Steven Spilberg, basado en el libro Memorias de una Geisha. Esta película logra adaptar con bastante fidelidad lo que expresa el libro. Es un film muy bien logrado con artistas de renombre como Zhang Ziyi en su papel protagónico, la actriz de Héroe, La casa de las dagas voladoras y El tigre y el Dragón, entre otras. Michelle Yeoh, una de las antiguas chicas Bond, en el papel de Mahema (la hermana mayor de Sayuri). Gong Li representa a Hatsumono (que le hace la vida bastante insoportable a la protagonista), que también participó junto con Ziyi en Héroe.
El film tuvo que luchar para estrenarse en China, ya que había temor de que inflamara los ya persistentes sentimientos anti-japoneses.
Y así fue nomás, se desató un gran escándalo cuando hubo comentarios de colegas tan fuertes como “vendieron su alma y traicionaron a su país”; “cortarlas en pedazos no sería suficiente castigo para ellas”.
Mientras que en Japón, hubo quejas de que actrices chinas representaran a mujeres japonesas, era similar a que actrices judías hiciesen de nazis.
Sin embargo, la actuación de Zhang y Gong en la película refleja la popularidad sin precedentes de las estrellas y los cineastas chinos.

El autor
Arthur Golden nació en Chatanooga, estado de Tennessee, en 1956. Hijo de Ruth Holmeng y Ben Hale Golden, ambos editores del Chatanooga Times.
Su abuelo, Adolph S. Ochs, era editor del New York Times (cómo saca chapa hereditaria!!!)
Arthur estudió arte en la Universidad de Harvard, donde se especializó en japonés.
En 1980, realizó un master de Historia Japonesa en la Universidad de Columbia.
Dos años más tarde contraería matrimonio con Trudy Legee.
Su fascinación por la cultura oriental lo llevó a aprender chino mandarín y a residir en Pekín y Tokio.
Luego de trabajar como editor en el Chatanooga Times, publicó su primer novela en 1996: Memorias de una Geisha, que no tardaría en convertirse en best seller.

19.7.09

La Vendetta - Texto: Rubén (Publicado en Arterias #05 - Abril/Mayo 2006)

De un futuro cercano en Londres, surge un personaje oscuro, lleno de odio y rencor, preparado para vengarse del sistema que lo intentó aniquilar.

El Señor “V”, basado en el comic homónimo de Alan Moore y David Lloyd, está listo para empezar a actuar con fecha específica. Oculto tras una máscara, que esconde su rostro quemado y sus años de encierro, moviéndose entre la delgada línea que separa a un terrorista de un revolucionario, no deja ver su identidad.
Nosotros conocemos al Señor “V”, (Hugo Weaving), quien trabajó en Matrix con los Wachowski, haciendo de Smith.

Tiene una doble personalidad, que sólo deja ver la del hombre vengativo, que dotado de buena destreza marcial, cuchillos, explosiones y muchas libras esterlinas, quiere destruir a toda costa el parlamento inglés.

¿Por qué será?
Ahí radica la historia: ver muertos a los culpables, a aquellos que no saben hacer las cosas; como una queja política plasmada en 35mm, tan clara que hasta nos da miedo. Secuestros de personas inocentes expuestas a experimentos innecesarios, que para variar, terminan mal. Esta es la motivación de “V” para destruir a todos los culpables, incluyendo su nido.
Algunos secuestros hacen referencia al pasado de nuestro país, con tanta similitud que nos asombra, un pasado que nadie quiere volver a ver, al igual que “V”. De todos modos, nada justifica sus actos de venganza.
El film nos hace sentir que cualquiera de nosotros puede ser este personaje, este Señor “V”, para unos, un terrorista; para otros, un referente.
Polémico y controversial, de ideas firmes, tiende una mano, en este caso, a una mujer en problemas, Evey (Natalie Portman), hija de activistas sociales desaparecidos por el régimen totalitario que copó el gobierno (estamos en Londres, no?); y a punto de sufrir una experiencia desagradable, que queda trunca por la oportuna aparición de “V”. A la manera de un superhéroe, aparece y elimina casi sin problemas, a los malos de la escena.

¿Qué más puede tener este film?
Sin duda, no es como cualquier otro, tiene su tinte rebelde y fuerte. Se lo puede ver como una película de acción y ya. Pero es inevitable no pensar en lo que nos deja leer entre líneas “la gente no debería temerle a sus gobernantes, los gobernantes deberían temerle a su gente”.
La calificaron como muy fuerte y simplemente “Buena”, y está bien para los Wachowski. Pero pasará y después nada...una película polémica como tantas otras, que merece sencillamente, ser vista.