Nació en Rosario en 1944 y paso allí casi toda su vida junto a sus afectos: mama Rosa, su hermana Perla, su hijo Franco y su mujer, Gabriela.
Comenzó su carrera como dibujante en 1968; en la revista "Hortensia", fundada en Cordoba por Alberto Cognini, donde nacieron los dos personajes mas populares de Fontanarrosa: Boggie, el Aceitoso y el gaucho Inodoro Pereyra. En 1973, de la mano de Caloi, Altuna, Tabare, Dobal y Crist, Fontanarrosa se instalo en el diario Clarín. También fue escritor y periodista.
Escribió tres novelas Best Seller, "El Área 18" y "
Amaba el futbol, a tal punto que decía que si en el cielo no había una canchita seria un embole, hincha de Rosario Central, el club de sus amores, este deporte era uno de los temas que siempre aparecía en sus libros.
Fontanarrosa nombro como sus influencias literarias a Jack London, Jorge Luis Borges, Ernest Hemingway, J.D. Salinger, Norman Mailer, pero siempre se sintió mas cercano a dibujantes y periodistas.
Enfrento su mal con coraje y con el optimismo que lo caracterizaba. Cuando el daño en su cuerpo fue mayor escribió unas líneas en las que anunciaba que su brazo y mano habían quedado inútiles y que confiaba a su amigo Crist los dibujos que él iba a dedicarse a pensar. Nunca dejo de trabajar, nos hizo reír hasta el ultimo momento.
Les dejo unos pequeños fragmentos de su exposición mas recordada que presento en el III Congreso de
Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se preguntara: ¿que hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto mas matices tenga uno, mas puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo; entonces: hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunas incluso por contextura física de palabra...
Lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Mi psicoanalista dice que es imprescindible para descargarse, para dejar de lado el estrés y todo ese tipo de cosas. Lo único que yo pediría (no quiero hacer una teoría) es reconsiderar la situación de estas palabras. Pido una amnistía para la mayoría de ellas. Vivamos una Navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje, que las vamos a necesitar" Roberto Fontanarrosa.
Según expresan quienes lo conocían el Negro se mostró allí tal cual era: sencillo, ingenioso, directo e hilarante. Como siempre será recordado. Creo que no hace falta agregar nada mas.
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